Fotografía familiar de la reina Isabel II en su cuna con cinco semanas de edad en 1926. (Foto AP/The Royal Collection)
Nacida el 21 de abril de 1926 en Londres, Isabel fue la hija mayor del rey Jorge VI y la reina Isabel, educada por tutores entre paredes palaciegas y sin que su llegada al mundo estuviera marcada para regir los destinos del Reino Unido.
Sin embargo, la abdicación de su tío, el rey Eduardo VIII al trono, convirtió a su padre en el rey Jorge VI e Isabel pasó de ser la tercera en la línea de sucesión, a la primera.
En 1947 contrajo matrimonio con el príncipe Felipe, con quien tuvo cuatro hijos: Carlos hoy rey Carlos III-, Ana, Andrés y Eduardo.
En febrero de 1952, a la muerte de Jorge VI, ella se convirtió en reina, aunque asumió hasta junio de 1953 debido al luto por su padre. Fue la primera vez que los británicos pudieron seguir un evento antes vetado.
En sus 70 años de reinado, vio pasar a los 15 primeros ministros, desde Winston Chruchill hasta Liz Truss, a quien apenas el pasado martes encargó formar gobierno. La lista incluye a Margaret Thatcher, primera mujer en convertirse en primera ministra en el país.
La reina Isabel II recibe a Liz Truss durante una audiencia en Balmoral, Escocia, Gran Bretaña el 6 de septiembre de 2022. (Foto EFE/EPA/Andrew Milligan)
Fue testigo de cómo caía el imperio británico y se convertía en la Mancomunidad de Naciones. Pasó de gobernar 32 territorios a 14.
También fue testigo del día que el mundo cambió, el 11 de septiembre de 2001, con los atentados terroristas en Estados Unidos, que luego se extenderían también a suelo británico.
A nivel político, uno de los momentos más duros que le tocó liderar fue la separación de Reino Unido de la Unión Europea. Acostumbrada a reservarse sus opiniones políticas, Lilibeth, como se le llamaba de cariño, no alzó la voz para evitar la medida, una de las cosas por las que los británicos más la cuestionaron.
A nivel personal, 1992 marcó su peor año, con las separaciones de sus tres hijos. Particularmente, el divorcio de Carlos de la princesa Diana fue un momento muy complicado, por la popularidad de ella. A la muerte de Diana, en 1997, los británicos concentraron su furia en la reina por su negativa a realizarle un funeral de Estado, dado que ya estaba divorciada. Sin embargo, ante la presión popular, cedió.
En 2018, el matrimonio de su nieto, el príncipe Enrique con la actriz Meghan Markel, le trajo más dolores de cabeza a la reina. Finalmente, en medio de acusaciones de maltrato y hasta racismo, el matrimonio optó por irse a vivir a Estados Unidos. Desde entonces, la relación es tensa con la Casa Real.
2019 fue otro año complicado, con el escándalo alrededor de su hijo favorito, Andrés, acusado de abuso sexual a una menor. La reina se vio obligada a separarlo de su ejercicio público este año.
La llegada de la pandemia, en 2020, encontró a una reina mayor. Tras su contagio, en febrero pasado, redujo aún más sus actividades públicas, ya mermadas desde que en octubre de 2021 fue hospitalizada para una “revisión” de la que no se dieron más detalles.
La muerte de su esposo, el Duque de Edimburgo, en abril de 2021, a los 99 años, fue un duro golpe para la monarca. Desde entonces, su salud se deterioró.
Este jueves, a los 96 años, la era de Isabel II llegó a su fin. Se inicia, desde hoy, la de Carlos III.
Al morir en el castillo de Balmoral, en Aberdeen, Escocia, se establece que el ataúd con el cuerpo de la reina Isabel II descanse temporalmente en el Palacio de Holyroodhouse, en Edimburgo.
Habrá una procesión ceremonial a lo largo de The Royal Mile, la avenida principal de la capital escocesa, hacia la Catedral de St Giles, donde se esperaría hubiera un servicio con la familia real y abierto al público.
Posteriormente, el féretro sería trasladado desde Escocia a Londres vía el Tren Real, en un viaje durante toda la noche y arribaría a la estación de San Pancras, para ser trasladado, finalmente al Palacio de Buckingham.
Informan a los miembros del gabinete. El mensaje ya estaba preparado.
Los políticos británicos recibirán un mensaje parecido.
A los 10 minutos de recibir este mensaje, las banderas deberán ondear a media asta.
Al mismo tiempo serán notificados todos los gobiernos fuera de Londres donde la reina es jefa de Estado y a las naciones de la Commonwealth.
La Press Association informa a los medios.
El primer ministro en turno pronunciará un discurso y el príncipe Carlos, heredero de la Corona, dirigirá un mensaje a la nación, que observará un minuto de silencio.
En el Palacio de Buckingham, residencia emblemática de la Corona británica, se colocarán insignias negras. Un lacayo vestido de luto colocará el aviso de la muerte en la puerta de acceso. El cartel deberá llevar un marco negro.
Funcionarios, políticos y empleados del Palacio deberán usar un brazalete negro en el brazo izquierdo.
Las cuentas de las redes sociales de la monarquía y el gobierno británicos mostrarán una franja negra.
Se declarará duelo nacional, y se prevé que varias empresas no abran.
El protocolo contempla un homenaje “espontáneo” en la catedral de St. Paul, presidido por el primer ministro.
El lugar del velatorio será el salón del trono del palacio, donde habrá un altar, un estandarte real y cuatro Granaderos de la Guardia. Ahí, el cuerpo de la reina permanecerá cuatro días.
Al cuarto día, el féretro será llevado al Westminster Hall, donde están las dos cámaras del Parlamento británico. Para el traslado habrá un gran desfile militar y se prevén vallas de miles de ciudadanos para ver el ataúd pasar. El cuerpo de la monarca permanecerá en el Westminster Hall otros cuatro días.
Al décimo día, la reina Isabel II será enterrada. Habrá una ceremonia en la abadía de Westminster y se prevé el cierre de negocios para que todos puedan ver el funeral. Tampoco abrirá la Bolsa y el Big Ben deberá sonar a las 9:00 de la mañana. Al mediodía, la nación guardará dos minutos de silencio.
El Consejo de Ascensión al Trono nombrará al príncipe Carlos nuevo monarca a las 10:00 de la mañana del día siguiente del fallecimiento de la reina, en lo que se ha denominado “Operación Marea de Primavera”; en la ceremonia, todos los asistentes deberán vestir de luto formal y sin accesorios; u coronación deberá esperar un tiempo “prudente” de luto.
Este jueves marca un nuevo hito histórico tras la muerte de la Reina Isabel II a los 96 años de edad y considerada la monarca con el reinado más largo de Gran Bretaña
Información: Redacción y agencias Edición: Guadalupe Galván y José Ángel Santamaría Infografía: Fermín García-Fabila Diseño Web: Miguel Ángel Garnica
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Al morir en el castillo de Balmoral, en Aberdeen, Escocia, se establece que el ataúd con el cuerpo de la reina Isabel II descanse temporalmente en el Palacio de Holyroodhouse, en Edimburgo.
Habrá una procesión ceremonial a lo largo de The Royal Mile, la avenida principal de la capital escocesa, hacia la Catedral de St Giles, donde se esperaría hubiera un servicio con la familia real y abierto al público.
Posteriormente, el féretro sería trasladado desde Escocia a Londres vía el Tren Real, en un viaje durante toda la noche y arribaría a la estación de San Pancras, para ser trasladado, finalmente al Palacio de Buckingham.